Diversidad Sexual y Trabajo en Costa Rica

Cuando uno/a se propone investigar sobre la homosexualidad es probable que quede sepultado/a en un sin fin de información, cuanto más se remonte al pasado tanto más contradictoria y confusa será esta información: pecado, perversión, enfermedad mental, biológicamente determinado, ilegal, sodomía, pederastia, y mil términos, conceptos y clasificaciones más.
La homosexualidad ha sido motivo de controversias y discusiones a lo largo de la era moderna, antes era sólo una manifestación más de la sexualidad (griegos, romanos, chinos, egipcios de la antigúedad) del ser humano sin calificativo ni especial relevancia. La era moderna y el judeocristianismo modificó esta situación, castigándolo, censurándolo y prohibiendo su expresión.

Más recientemente el tema de su origen, sus diferentes manifestaciones y de su naturaleza natural o no están siendo dejados de lado para analizar la posición y vida de quienes son homosexuales, sus derechos ciudadanos, sus relaciones contractuales y otras.

En Costa Rica, seguimos esta pauta al realizar estudios sobre la vida, derechos, temores y deseos civiles de esta población. Realizamos un estudio sobre la discriminación laboral por orientación sexual, nuestra legislación laboral (Código de Trabajo) ni siquiera se molesta en definir discriminación y por ende, asumiendo que todos y todas trabajamos en un ambiente de igualdad y libre de prejuicios omite penalizar a quienes discriminen por causas que no sean capacidades, destrezas, desempeño y conocimientos en el trabajo.

El Código de Trabajo es discriminatorio en tanto que los beneficios económicos y sociales del trabajo sólo pueden ser reclamados y otorgados a la "familia" del/de la trabajador/a, esta situación deja por fuera a los/as homosexuales en sus relaciones de pareja estable (más de tres años).

Y que hay de la situación vivencial, cómo viven y sienten los gays y las lesbianas de nuestro país la discriminación, según lo que logramos detectar, la problemática no es claramente percibida, es asumida como algo normal, "así son las cosas", aunado a este sentimiento de "merecedor/a" del maltrato, debemos hacer énfasis en un desconocimiento casi generalizado y total sobre las formas de defenderse en el trabajo y un miedo, casi visceral, hacia la visibilización en el ámbito familiar y laboral.

Los testimonios recogidos entre hombres y mujeres gays y lesbianas demuestran, sin lugar a dudas, que están siendo discriminados, no es un fantasma de victimización, no es una ilusión de unos/as pocos/as. Las manifestaciones de esta discriminación son variadas, algunas de ellas muy solapadas y encubiertas, otras totalmente abiertas y descaradas. Cuál es el mayor problema para que los/as costarricenses aprendamos a vivir con la diferencia, a aceptar que gente que no es como nosotros/as vivan, compartan y disfruten los mismos derechos y deberes.

No cabe duda que aún falta mucho trabajo con nuestra sociedad para que aprendamos esta lección, cada día son más los países que les otorgan todos los derechos, que reconocen sus relaciones estables, cada día son más las empresas que les otorgan a sus parejas estables los mismos beneficios que a los cónyuges de sus otros/as empleados/as.

El reto es en nuestras escuelas, colegios, universidades así como en las empresas e instituciones... al fin y al cabo hay gays y lesbianas en todos los estratos socio-económicos, en todas las profesiones y oficios, en todos los rincones del mundo, están en todas partes y no se irán, proveen a todas las familias, empresas e instituciones de buenos momentos, servicios y conocimientos, se desempeñan en ellos exactamente igual que los/as heterosexuales, sin mayor diferencia que su orientación sexual.

Con base a estos resultados obtenidos de la encuesta aplicada,
podemos concluir que:
  • La población de hombres y mujeres homosexuales costarricenses desconoce instrumentos, mecanismos y alternativas que podrían utilizar a la hora de poner una denuncia por discriminación laboral, que ni la población homosexual, ni las organizaciones de gays y lesbianas o las instituciones y organizaciones gubernamentales o no gubernamentales de derechos humanos, se han preocupado, en el pasado, por informar a esta población sobre sus derechos laborales y concientizar a los patronos sobre el mismo tema.
  • Que la población homosexual no manifiesta su orientación sexual en los lugares de trabajo, por miedo al rechazo, aislamiento, despidos, etc. por parte de sus patronos, miedo a enfrentar las situaciones discriminatorias y miedo que su orientación sexual sea de conocimiento público, afectando sus lazos familiares, laborales y futuros empleos.
  • Que para evitar llegar a un proceso legal, la población homosexual a creado alternativas como la renuncia, el auto-boicot para ser despedido por otras razones a la de su orientación sexual, la pasividad aceptando la discriminación y tratos denigrantes, la invisibilidad sobre aspectos personales, la compra de aceptación realizando tareas extra-curriculares, aceptando salarios y beneficios inferiores a su capacidad y desempeño, entre otras.
  • La población homosexual no confía en la administración de la justicia, con base a pocos precedentes donde los/as denunciantes no han ganado ningún proceso legal por discriminación contra la población homosexual, el alto índice conocido de homofobia en todo el sector público y la desconfianza por la poca objetividad en los procesos legales.
  • Que a la población de hombres y mujeres homosexuales le es difícil identificar los actos discriminatorios, porque continuamente reciben tratos hostiles, minimizan el valor de las palabras o de los actos discriminatorios porque desde niños o niñas han escuchado comentarios denigrantes con respecto a la homosexualidad. La violencia contra ellos y ellas la perciben diariamente y han aprendido barreras o mecanismos "anestésicos" para ignorarla.
  • En cualquier lugar, oficio o profesión, los hombres gays y las mujeres lesbianas pueden ser objeto de actos discriminatorios. Una profesión, un lugar de trabajo en el sector público o privado, la edad, el nivel de escolaridad o su status social, no representan ningún tipo de inmunidad hacia actos discriminatorios.
  • Que el hecho de que la familia tenga conocimiento de la orientación sexual de su hijo o hija, puede significar un cierto alivio o tranquilidad, pero no asegura que su familia le apoye en procesos legales donde podría ser de conocimiento público su orientación sexual.
  • Cuando el patrono y los compañeros/as de trabajo saben de la orientación homosexual del empleado/a, no significa que no le van a discriminar o a despedir por esa razón.
  • Puede existir un índice importante de inestabilidad laboral en aquellos gays y lesbianas que no quieran enfrentarse a sus patronos o compañeros/as de trabajo por actos discriminatorios contra ellos o ellas ó hacia otros gays y lesbianas que trabajan en el mismo lugar.
  • El que muchos gays y lesbianas tengan que ocultar en el trabajo su orientación sexual, puede de alguna manera afectarle, física y mentalmente al generar angustias, temores y gastar energías creando estrategias para mantener su "secreto".
  • Que los chistes y bromas contra la población homosexual, supera notablemente a cualquier otro grupo perteneciente a otra población socialmente marginada, dentro de los lugares de trabajo de los/as costarricenses.
  • Cuando despiden a una persona por su orientación sexual, el patrono, difícilmente, hace explícita la razón del despido, aunque la población homosexual desconoce instrumentos y mecanismos legales para actuar en caso de discriminación, parece ser que los patronos conocen muy bien que hacerlo le podría ocasionar problemas.
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