Ciudad de México a 15 de mayo de 2017

Diversos investigadores y activistas se reunieron en el Foro “Día nacional de la lucha contra la homofobia: políticas con perspectiva antidiscriminatoria y de género para alcanzar la igualdad sustantiva para la población LGBTI” en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México para reflexionar sobre las condiciones de la población LGBTI en la actualidad, y como una de las principales problemáticas,  los crímenes de odio por homo, lesbo, bi y transfobia, antecedidos por el estigma y la discriminación hacia dicho sector.

Amaranta Gómez Regalado, antropóloga y activista del Istmo de Tehuantepec, resaltó que los imaginarios en contra de la diversidad sexual permean gracias a los contextos en los que se han evidenciado actitudes de odio hacia la comunidad como marchas pro familia (heterosexual), disputas por el matrimonio igualitario y que se recrudecen con los crímenes de odio por homo, lesbo, bi y transfobia.

Por esa razón, consideró que es de suma importancia generar contextos sociales y culturales para atender problemas y cambios estructurales así como el reconocimiento de las identidades por parte de funcionarias y funcionarios públicos, quienes, entre otras cosas, deben  brindar información como la principal vía de actuación para disminuir la violencia en la comunidad LGBTI.

Por su parte, Laura Saldivia, doctora en Derecho por la Universidad de Yale, reflexionó sobre los contextos de Argentina y México en materia de derecho para la comunidad LGBTI, resaltando que existen buenas prácticas para despatologizar la identidad de género, no obstante, en ambos países permea la idea de otorgar derechos y negar otros, que sin duda, no competen en su totalidad a los mismos que les corresponden a las personas de la comunidad de la diversidad sexual, y que por el contrario, se quedan en casos aislados de la totalidad de derechos.

La jurista argentina resaltó la importancia de pensar a las personas LGBTI como personas que tienen derecho a ejercer sobre su cuerpo, tomar decisiones y que éstas deben ser respaldadas por un Estado competente, al igual que el derecho al aborto.

Crímenes de odio en cifras

Ante el contexto anterior, Alejandro Brito, director de la organización civil Letra S, presentó parte del informe sobre crímenes de odio por homo, lesbo, bi, trans fobia del periodo 2014-2016. De los hallazgos, que se darán a conocer próximamente,  destacó que en ese lapso de tiempo hubo 202 homicidios en contra de las personas de la comunidad LGBTI.

Así mismo, los crímenes son naturalizados socialmente, puesto que para las personas e instituciones de procuración de justicia es inexistente el concepto de crimen por identidad de género, es decir que, no se reconoce oficialmente por instituciones del Estado y no se cuentan con estadísticas oficiales que permitan tener un acercamiento mejor del panorama, por lo que en algunos caso se cae en la categoría de “crímenes pasionales” y ello complica seguir una ruta adecuada de investigación para encontrar a quienes son responsables de los mismos.

Dicho lo anterior, Brito recalcó que en 63 por ciento de los casos hay impunidad, sobre todo en los casos de transfobia. Las autoridades perciben que los crímenes por homo, lesbo, bi, trans fobia son por motivos de robo o asaltos en 44.4 por ciento, crimen pasional en 18.5 por ciento, crimen de odio 15.7 por ciento y vinculados al crimen organizado en 10. 2 por ciento. Ante estas cifras, el uso de la categoría “crimen pasional” impide que las autoridades reaccionen de acuerdo con los protocolos, puesto que prevalecen prejuicios sobre la comunidad LGBTI que descalifican e incluso criminalizan a las personas en 50 por ciento de los casos y obstaculizan la debida diligencia.

De acuerdo con el también periodista, se necesitan reformar los códigos, las unidades o fiscalías especializadas para que no utilicen el término de “crimen pasional”, así como evaluar el funcionamiento de las mismas para saber si conocen los protocolos de atención, si están prejuiciados o si hay garantía en los procesos penales, apropiación del lenguaje y correcto ejercicio del derecho. Asimismo, señaló necesario que la comunidad denuncie para tener registros más claros de la violencia que presentan y una mejor actuación jurídica.

Como te ven, te matan

Mónica Bauer, coordinadora de Relaciones Latinas de la asociación civil Anti-Defamation League en San Diego, California, mencionó que los crímenes de odio son crímenes de mensajes, por lo que las víctimas son caracterizadas por su identidad, elemento que prevalece en los crímenes por raza, etnia, religión, y por supuesto LGBTI, entre otros, y se puede percibir en el contexto mexicano desde el imaginario de una persona gay u homosexual.

Para Bauer, las autoridades deben involucrarse y condenar dichas prácticas que comienzan con la prohibición, segregación y va aumentando hasta el crimen de odio. Así mismo, la sociedad debe denunciar también cuando sea testigo de actos discriminativos y hacer uso de las herramientas tecnológicas (foto, video, redes sociales) para visibilizarlo.

Tanto activistas como investigadores concluyeron en que la capacitación a las personas encargadas de procurar justicia  es de suma importancia a fin de que sepan que es un crimen de odio y actúen de mejora manera, además que  cuenten con registros oficiales como parte de su trabajo para replantear el tema como seguridad pública.

Por otra parte, Bauer resaltó la importancia de apostarle al trabajo educativo porque “nadie nace odiando y como sociedad tenemos que desenseñar el odio”.