Natasha Jiménez
Guía Transgénero de CIPAC

Pues no, nuestra condición de mujeres u hombres no tiene nada que ver con nuestra orientación sexual. Sentirse hombre o mujer no está relacionado con la elección de nuestro compañero o compañera sentimental/ sexual. Si así fuera, las mujeres lesbianas tuviesen que ser consideradas potencialmente hombres y los gays, mujeres. Cualquiera que conozca mínimamente a algún gay o lesbiana sabe que no es así. De hecho, se han cometido errores irreversibles por culpa de la confusión entre identidad de género (sentirse hombre o mujer) y preferencia u orientación sexual (sexualidad androfílica o ginefílica)¹.

Se conocen casos de hombres homosexuales que creen que su irresistible atracción hacia los hombres equivale a ser mujer y que después de una operación quirúrgica de cambio de sexo se dan cuenta de que son, simplemente, gays. Que quede claro en la mente de todos: las personas transexuales son hombres o mujeres en un cuerpo equivocado; la persona que comparta su vida (o sólo su cama) no influye ni tiene por qué influir en ello.

Muchos gays y lesbianas han tenido dudas con respecto a sus preferencias sexuales. Es incluso frecuente que hayan contraído matrimonio y tenido hijos antes de darse cuenta (o de aceptar para sí mismos) que les gustaban las personas de su mismo sexo. Aunque es más raro, también ocurre que, a pesar de tener una clara preferencia homosexual, gays y lesbianas mantengan ocasionalmente relaciones con personas del sexo contrario, sin que ello "sirva de precedente". En cualquier caso, está claro que ni las lesbianas son "hombres a medias", ni los gays "mujeres a medias". Es cierto, a menudo hombres y mujeres homosexuales construyen su identidad de género de forma distinta a los heterosexuales y -necesariamente- "encajan" en la sociedad de manera distinta a ellos. Difieren en su sexualidad, su forma de sentirse hombres o mujeres, sin dejar de serlo, a su manera, como todo el mundo.

Por el contrario, las personas transexuales (tanto HaM como MaH )² la diferencia se basa en que su identidad de género es la opuesta a su sexo fisiológico. La configuración genética les ha dado un cuerpo con características contrarias a lo que sienten, por eso se tiende a modificarlo de alguna manera, y se procura manifestarse de acuerdo con la identidad de género escogida, mediante ropa y todo lo que esté a su alcance para sentirse y "encajar" mejor con el colectivo que es el suyo. Las personas transexuales de Hombre a Mujer quieren unirnirse a la suerte y condición de las Mujeres y las personas transexuales de Mujer a Hombre, a la de los Hombres, para lo bueno y para lo malo. ¿Dificultades? Todas las imaginables, pero como decía el Cardenal Newton, "mil dificultades no constituyen una duda". Estan dispuestos/as a arriesgarlo todo para empezar a vivir.

Lo que tenemos en común gays, lesbianas y personas transgénero en general es la lucha contra la educación tradicional, que nos hace cometer errores incluso dentro de nuestros propios colectivos. Por un lado, todos/as somos "gente rara" para los tradicionalistas ignorantes e intolerantes, porque incumplimos todas o una buena parte de las expectativas prefijadas: incumplimos la función reproductora, nuestra imagen contraviene las normas éticas y estéticas, etcétera.

Por otro, nos han educado dentro de una mentalidad que confunde las cosas: sexo y género, hombre y fuerza bruta, mujer y dulzura, familia y función reproductora. Estamos en la lucha por la ruptura de esos esquemas, pero es difícil y no todos tenemos la suficiente información para aclarar del todo los conceptos esenciales de nuestras "rarezas", aunque en el fondo no son tantos ni tan complicados.

En esta labor informativa estamos unos cuantos, pero el trabajo es mucho. Tenemos que dar una imagen de respetabilidad, la población transgénero en general ha sido demasiado encasillada en la prostitución y la vulgaridad, imagen que los medios de comunicación ha contribuido a difundir. Un porcentaje importante de la población transgénero, sobre todo de travestis y transexuales se dedica al trabajo sexual remunerado por necesidad, porque no se les ha dado la oportunidad de educarse e integrarse en la sociedad. Algo muy parecido les pasaba, y sigue pasando en muchos casos, a las madres solteras o mujeres solas, que no encontraban trabajo en ningún sitio. Las mujeres transexuales, como ni siquiera pueden formar una pareja con hijos, ven reducida su función social a meros objetos carnales.

Un porcentaje muy pequeño, que ha tenido la suerte de acceder a una educación superior o a algún oficio tenemos (porque me incluyo), ahora la obligación de hacer comprender a la sociedad qué somos y por qué, desmontar viejos estereotipos, darnos a conocer como lo que sencillamente somos: seres humanos.

Además, las personas transgénero tenemos un problema añadido: frecuentemente se nos nota que lo somos, mientras que a gays y lesbianas no, salvo que así lo decidan.

El "enemigo común" es lo que debe unirnos a todos/as: los estragos producidos por el sistema patriarcal. Es ese sistema el que hace que las mujeres (sean estas biológicas o personas que se han asumido como tales), estemos discriminadas con respecto a los hombres, que los gays y lesbianas sean considerados/as como seres menores, que las personas transgénero no podamos disfrutar de los mismos derechos que el resto de ciudadanos/as y que tengamos mucha más inseguridad que ellos/as en todo.

¹ Sexualidad androfilica o ginefilica: que tiene como objeto del deseo a hombres (andro) o mujeres (gine).
² HaM o MaH: terminología utilizada por las personas transexuales para definir si la reasignación de sexo que desea es de Hombre a Mujer (H a M), o por el contrario es de Mujer a Hombre (M a H).