Nosotros, Jefes de Estado y de Gobierno y Representantes de Estados y gobiernos de los pueblos del mundo, reunidos en las Naciones Unidas del 25 al 27 de junio de 2001 para el 26° período extraordinario de sesiones de la Asamblea General:

Conscientes de que la epidemia mundial de VIH/SIDA, por sus alcances y consecuencias devastadoras, constituye uno de los más formidables problemas que inciden sobre la seguridad humana, socavan el desarrollo social y económico en todo el mundo y afectan a todos los niveles de la sociedad: nacional, comunitario, familiar e individual;

Recordando nuestros compromisos previos sobre el VIH/SIDA, instrumentados mediante:

La Declaración del Milenio, de 8 de septiembre de 2000;
La Declaración Política y las Nuevas medidas e iniciativas para la aplicación de los compromisos asumidos en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, de 30 de junio de 2000;
La Declaración Política y las Nuevas medidas e iniciativas para la aplicación de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, de 9 de junio de 2000;
Las Medidas clave para seguir ejecutando el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, de 2 de julio de 1999;
(Diversas conferencias regionales);
Reconociendo que África es la región más afectada y que la situación dramática que impera en el continente requiere una respuesta adecuada y urgente;

Reconociendo también que países de otras regiones han sido gravemente afectados y que es posible que se produzca una rápida propagación de la epidemia en todo el mundo;

Reconociendo que la epidemia afecta a todos, ricos y pobres, sin distinción de edad ni sexo, pero que las mujeres, los niños y los jóvenes adultos son los más afectados;

Observando con grave preocupación que la pobreza y los conflictos agravan la propagación de la epidemia y deben ser atendidos;

Observando además que los estigmas, el silencio, la discriminación y la negativa a aceptar los hechos aumentan los efectos de la epidemia sobre las comunidades y las naciones y deben ser también considerados;

Observando con preocupación que obstáculos de todo tipo - culturales, legales, económicos, sociales, políticos y financieros - dificultan las actividades de concienciación, educación, prevención, cuidado y apoyo;

Reconociendo que la prevención de la infección por el VIH debe ser la base de la respuesta de la comunidad internacional y nacional a la epidemia; que la asistencia y el apoyo a los infectados y los afectados por el VIH/SIDA constituyen elementos inseparables de una respuesta eficaz y deben integrarse en un enfoque amplio para combatir la epidemia;

Observando la importancia de fortalecer las infraestructuras sociales nacionales básicas necesarias para la prestación eficaz de servicios de prevención y asistencia;

Reconociendo que las estrategias eficaces de prevención y asistencia harán necesarios una mayor disponibilidad y un fácil acceso a bienes públicos internacionales tales como vacunas, preservativos, microbicidas y medicamentos;

Acogiendo complacidos los progresos realizados en algunos países para contener la epidemia, especialmente mediante el uso eficiente de los recursos disponibles, la utilización de estrategias de prevención eficaces y la adopción de un enfoque basado en el respeto a los derechos, y reconociendo la importancia de compartir y aprovechar nuestras diversas experiencias colectivas, incluso mediante la cooperación Sur-Sur;

Reconociendo la importancia fundamental de fortalecer la capacidad de las distintas naciones para afrontar el VIH/SIDA y el hecho de que ello requerirá mayores recursos humanos, financieros y técnicos;

Afirmando la importancia de asociaciones vigorosas en que participen los gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas, las organizaciones intergubernamentales, las organizaciones no gubernamentales, el sector de los negocios, las organizaciones comunitarias y las de orientación confesional;

Reconociendo la función y el aporte fundamentales de los agentes de la sociedad civil en la lucha contra el VIH/SIDA;

Reconociendo la Estrategia Mundial contra el VIH/SIDA adoptada por los gobiernos, el sistema de las Naciones Unidas y distintas organizaciones no gubernamentales como marco para la armonización de las estrategias contra el VIH/SIDA a nivel mundial, nacional y comunitario;

Declaramos solemnemente nuestro compromiso de hacer frente a la crisis del VIH/SIDA adoptando las medidas siguientes:

Liderazgo

Para una respuesta eficaz a la epidemia son indispensables un vigoroso liderazgo en todos los planos de la sociedad y la creación de nuevas fuerzas de solidaridad y promoción.

El liderazgo de los gobiernos debe complementarse con el liderazgo ejercido por la sociedad civil y el sector privado.

A nivel nacional

Para 2003, velar por el desarrollo y la aplicación de estrategias y planes de financiación nacionales y multisectoriales para combatir el VIH/SIDA que: hagan frente directamente a la epidemia; se opongan a los estigmas y a la negativa a aceptar los hechos; logren la colaboración de la sociedad civil y la participación plena de las personas afectadas por el VIH/SIDA; se financien en la medida de lo posible con cargo a los presupuestos nacionales; tengan plenamente en cuenta los derechos humanos y la integración de una perspectiva de género; y se ocupen de los riesgos, la vulnerabilidad, la prevención, la asistencia y la reducción de los efectos de la epidemia;

A nivel regional

Alentar a las organizaciones y asociados regionales a interesarse en mayor medida en la crisis, intensificar la cooperación regional y elaborar estrategias y respuestas regionales para apoyar actividades ampliadas a nivel nacional;

A nivel mundial

Apoyar una mayor acción y coordinación en el sistema de las Naciones Unidas que incluya la ejecución plena del Plan Estratégico del Sistema de las Naciones Unidas para 2001-2005;

Promover una colaboraciín más estrecha entre los sectores privado y público y establecer, para el año 2002, mecanismos que aseguren la participación del sector privado y de nuevos asociados de la sociedad civil en la lucha contra el VIH/SIDA;

Prevención

Nuestra respuesta debe basarse en la prevención.

Para 2003, establecer metas nacionales con plazos concretos para alcanzar los objetivos mundiales convenidos internacionalmente para la prevención del VIH/SIDA, con inclusión de metas concretas referidas a los grupos más vulnerables a la infección del VIH, tales como los jóvenes, las mujeres y las niñas, los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres, los profesionales del sexo, los usuarios de drogas inyectables, los refugiados, las personas desplazadas internamente y las personas separadas de sus familias por razones de trabajo o por conflictos, e intensificar los esfuerzos para alcanzar esas metas, reduciendo al mínimo las circunstancias que ponen en desventaja a esos grupos desde el punto de vista del VIH/SIDA y protegiendo a los que se encuentran en mayor riesgo; y combatir los estereotipos y actitudes en cuestiones de género así como las desigualdades de los sexos en relación con el VIH/SIDA, alentando para ello la participación activa de hombres y muchachos;

Para 2004, garantizar que haya en todos los países una amplia gama de medidas de prevención, entre ellas: la información, la educación y la comunicación, en los idiomas más fácilmente comprendidos por las comunidades, dirigidas a reducir los comportamientos que suponen riesgos y alentarlos al comportamiento sexual responsable; el suministro de artículos necesarios, incluidos los preservativos masculinos y femeninos; mayor acceso a servicios de orientación y exámenes sobre una base voluntaria; bancos de sangre seguros; y tratamiento temprano y eficaz de las infecciones transmitidas sexualmente;

Para 2006, reducir en un 20% el número de niños seropositivos de nacimiento mediante un tratamiento eficaz de las madres infectadas por el VIH para reducir la transmisión del VIH de la madre al niño y, para 2011, reducir el número de esos niños en un 50%;

Atención y apoyo

La atención y el apoyo son elementos inseparables de una respuesta eficaz.

Para 2003, garantizar que se elaboren estrategias de atención detalladas para reforzar los sistemas de atención de la salud; brindar acceso a los medicamentos a precios asequibles para quienes los necesiten; apoyar a las personas, familias y comunidades afectadas por el VIH/SIDA; y ocuparse de los factores que inciden sobre el suministro de medicamentos esenciales, tales como la capacidad técnica y de organización, los precios, las normas de comercio internacionales y los derechos de propiedad intelectual;

Para el año 2003, velar por que se elaboren estrategias nacionales, en estrecha colaboración con la comunidad internacional y el sector privado, para aumentar sustancialmente la disponibilidad de medicamentos indispensables para el VIH, incluida la terapia antirretroviral para las personas en que la infección del VIH ha llegado a ser sintomática;

El VIH/SIDA y los derechos humanos

El respeto a los derechos humanos reduce la vulnerabilidad al VIH/SIDA.

Para 2003, finalizar el examen, desde el punto de vista de las políticas, de las leyes sobre la no discriminación y las leyes de protección existentes a fin de adoptar nuevas leyes o fortalecer las existentes para garantizar iguales derechos en materia de educación, empleo y servicios a las personas afectadas por el VIH/SIDA;

Para 2004, velar por que se establezca una infraestructura legislativa nacional para promover, proteger y respetar los derechos de las personas afectadas por el VIH/SIDA a recibir información, así como una asistencia de calidad en condiciones de confidencialidad y respeto a la vida privada;

Para 2004, elaborar y aplicar estrategias nacionales a fin de ayudar a la mujer a ejercer control sobre su sexualidad y adoptar sus propias decisiones al respecto a fin de protegerse de la infección por el VIH;

Para 2005, elaborar y comenzar a aplicar estrategias nacionales para promover el pleno disfrute por la mujer de todos los derechos humanos mediante la eliminación de todas las formas de violencia dirigidas contra las mujeres y las niñas, con inclusión de las prácticas tradicionales y consuetudinarias nocivas, los abusos y la violación, los malos tratos y el tráfico de mujeres y niñas;

Reducción de la vulnerabilidad

Debe asignarse prioridad a los grupos vulnerables.

Para 2003, tener en funcionamiento en todos los países programas para determinar y tomar en cuenta los factores que hacen a los individuos o grupos particularmente vulnerables a la infección por el VIH, incluidas la pobreza, las migraciones, la exclusión social, la discriminación y la falta de información y de conocimientos o artículos para protegerse a sí mismos. En esos programas se debería considerar la dimensión sexual de la epidemia, determinar las medidas que habría que adoptar con relación a la vulnerabilidad y establecer metas para el cumplimiento de dichas medidas;

Para 2004, adoptar medidas para reducir la vulnerabilidad de los jóvenes mediante la promoción del acceso de los adolescentes a la educación primaria y secundaria, así como a la información y a servicios diversos, y para hacerlos participar en la planificación, aplicación y evaluación de los programas de prevención y atención del VIH/SIDA;

Niños huérfanos a causa del VIH/SIDA

Los niños huérfanos a causa del VIH/SIDA requieren una asistencia especial.

Para 2004, tener elaboradas y ya iniciadas estrategias nacionales para que los huérfanos y los niños de familias afectadas por el VIH/SIDA tengan acceso a los servicios sociales, y en particular a los servicios de educación y salud, en un plano de igualdad con los demás niños;

Alivio de los efectos sociales y económicos

Ocuparse del VIH/SIDA es invertir en la productividad y el crecimiento económico.

Para 2003, examinar los efectos de la epidemia del VIH/SIDA en todos los sectores productivos y de servicios, y elaborar estrategias para hacer frente a las consecuencias a nivel individual, familiar, comunitario y nacional;

Para 2004, elaborar un marco jurúdico y de políticas para proteger los derechos y la dignidad de los trabajadores infectados o afectados por el VIH/SIDA, en consulta con los representantes de los empleadores, los trabajadores y los gobiernos;

Para 2005, fortalecer la respuesta al VIH/SIDA en el mundo del trabajo garantizando que en todos los países se apliquen programas de prevención y asistencia en los lugares de trabajo, tanto en los sectores productivos como en los de servicios;

Investigación y desarrollo

Puesto que todavía no se ha encontrado una cura para el VIH/SIDA, es indispensable proseguir las actividades de investigación y desarrollo

Apoyar y alentar una mayor inversión en investigaciones relacionadas con el VIH/SIDA (incluidas las investigaciones sociales y del comportamiento y la medicina tradicional) y para el desarrollo de nuevas tecnologías y estrategias preventivas y de tratamiento, en particular vacunas y microbicidas contra el VIH/SIDA;

El VIH/SIDA en las regiones afectadas por conflictos

Las crisis humanitarias contribuyen a la propagación del VIH/SIDA.

Para 2003, aplicar medidas que incorporen las actividades de prevención, tratamiento e información en los programas de asistencia humanitaria, a fin de proteger de la infección por el VIH a las poblaciones afectadas por los conflictos: los refugiados, las personas internamente desplazadas y, en especial, las mujeres y los niños;

Para 2003, ejecutar estrategias bien definidas y viables para afrontar la rápida propagación del VIH/SIDA en las fuerzas nacionales uniformadas de los países más afectados, y utilizar esos servicios uniformados como instrumentos de prevención e información;

Recursos

El problema del VIH/SIDA no puede solucionarse sin nuevos recursos adicionales.

Aumentar los recursos anuales destinados a las actividades de lucha contra el VIH/SIDA hasta alcanzar la meta general de 10.000 millones de dólares de los EE.UU. anuales para el año 2010;

Aumentar las asignaciones presupuestarias de los países para los programas de lucha contra el VIH/SIDA y velar por que todos los ministerios competentes asignen fondos suficientes a esos programas;

Aumentar la asistencia oficial para el desarrollo a fin de ayudar a los países a aliviar la pobreza y lograr el desarrollo sostenible, y fortalecer de ese modo su capacidad para luchar contra el VIH/SIDA;

Integrar las cuestiones relacionadas con el VIH/SIDA en todos los programas de asistencia para el desarrollo y en las estrategias de reducción de la pobreza y fomentar una utilización más eficiente y eficaz de todos los recursos asignados;

Acelerar las iniciativas de alivio de la deuda y destinar los recursos adicionales liberados a los programas nacionales de lucha contra el VIH/SIDA;

Establecer un "Fondo mundial contra el SIDA" para financiar una estrategia urgente y más amplia contra la epidemia y encargar al Programa conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA) que elabore un plan para gestionar y administrar el Fondo;

Movilizar contribuciones para el Fondo de fuentes públicas y privadas, especialmente las fundaciones, los círculos empresariales, el sector privado y las personas adineradas;

Proporcionar al ONUSIDA los recursos que necesita para apoyar la aplicación de las medidas e iniciativas enunciadas en la presente Declaración;

Actividades complementarias

Es esencial mantener el impulso y vigilar los progresos realizados.

En el plano nacional

Realizar exámenes anuales de los progresos logrados en el cumplimiento de estos compromisos y procurar que los resultados de esos exámenes se difundan lo más ampliamente posible;

En el plano regional

En el plano regional Incluir el tema del VIH/SIDA en el programa de las reuniones regionales de ministros y Jefes de Estado o de Gobierno;

Encomendar al ONUSIDA que facilite la realización de exámenes anuales de los progresos logrados en la aplicación de las estrategias regionales y dé a conocer los resultados de los esfuerzos por atender a las prioridades regionales;

En el plano mundial

Alentar y apoyar las iniciativas dirigidas a organizar conferencias, seminarios, cursos prácticos y cursos de formación para examinar las cuestiones planteadas en la presente Declaración;

Dedicar un día completo del período de sesiones anual de la Asamblea General a examinar y discutir un informe del Secretario General sobre los progresos logrados en el cumplimiento de los compromisos enunciados en la presente Declaración;

Incluir el VIH/SIDA como esfera prioritaria en el Pacto Mundial

Asegurar que las cuestiones relacionadas con el VIH/SIDA se incluyan en el programa de todas las conferencias y reuniones pertinentes de las Naciones Unidas;

Expresamos nuestro reconocimiento a aquellos que han dirigido los esfuerzos encaminados a sensibilizar al público acerca de la epidemia del VIH/SIDA y a afrontar las complejas dificultades que plantea;

Esperamos con interés las iniciativas vigorosas de los gobiernos, las Naciones Unidas y todo el sistema multilateral, la sociedad civil y el sector privado;

Por último, pedimos a todos los países que adopten las medidas necesarias para aplicar la presente Declaración, en estrecha cooperación y colaboración entre ellos, otros asociados multilaterales y bilaterales y la sociedad civil.